Me gusta cuando me dices,
cuando me tientas,
cuando me escuchas.
Me gustas cuando me miras sin darme cuenta,
cuando me robas suspiros,
cuando me compras un cielo para mí sola.
Me gusto cuando no espero,
no quiero
no (te) deseo.
Me gusta lo que dibujan tus ojos,
lo que dicen tus manos,
lo que respira tu boca.
Me gustas aunque no quiera,
y aunque no te quiera me gustas.
Me gustas no porque quiero
sino porque así me sale.
Me gusto entreteniéndote,
sumergiéndote en pozos sin final,
inventándome colores de fuego.
Me gusto también en calma,
transformada,
vivida,
siempre viviendo.
Me gusta el invierno en tu tejado,
el sol en tu ventana indiscreta.
Me gustan tus ojos de primavera
y, sobre todo, el otoño de tus deseos.
De esos que se caen a trozos,
de trayectoria perenne,
y de fecha que no caduca.
Me gustas cuando buceas en mi horizontal,
cuando me encuentras.
Me gustas en blanco y negro,
en el claroscuro de mi vida.
Me gusta cuando me gustas,
cuando me gusto, te gusto.
martes, marzo 31, 2009
Del verbo gustar
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7 comentarios:
Un gusto leerte.
"Me gustas aunque no quiera,
y aunque no te quiera me gustas".
El amor es así, no nos deja en paz, no nos permite ceder únicamente a las órdenes que dicta la razón, afortunadamente.
¡Precioso!
Para gustos, los colores...
Me gustó tu gusto
Me gusta gustaos.
Me gustáis... con mucho gusto.
;-)
Qué bonito gustar, pero sobretodo gustarnos, así gustamos más.
Me gusta ese punto malvado que se adivina. Te sienta muy bien.
Besos con gusto.
¿Malvado?
Jajajajaja... pero qué malo eres, JuanMa.
Besos gustosos para ti también.
;-)
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