"Anda tía, cuéntame un cuento... Pero de los tuyos, ¿eh?"
Y me encanta, claro.
Siempre es igual: los imagino a toda velocidad, se los cuento de la mejor manera posible, y al llegar a casa los escribo haciendo todos los cambios que considero oportuno.
Y los guardo.
Para mí, es más fácil escribir con referencias a mi realidad. Y aunque siempre tiro de imaginación y fantasía, el origen de mis historias está casi siempre relacionado con las cosas que me pasan.
Y así empiezo a tirar del hilo...
Este cuento surgió de una maravillosa pregunta que le hizo la hija de un amigo mío a su papá. Me pareció sublime, con esa sensatez aplastante de muchas de las dudas que surgen en esas cabecitas de los cuatro o cinco años:
Papá, ¿por qué las mujeres tenemos mejor cara por la noche que recién levantadas?, preguntó la pequeña Lucía.
Cinco recién cumplidos. Pocos años y mucha curiosidad. La que cada instante le llevaba a hacerse las más inverosímiles preguntas. Y de paso, hacérselas al que pillara más a mano.
Hoy le había tocado a su padre.
Los segundos se hicieron eternos. No era fácil encontrar la respuesta que pudiera convencer a esa niña de mirada de océano.
Además, lo primero que le vino a la mente no era respuesta para su hija pequeña. A sus amigos les hubiera contestado que todo depende del hombre con el que esa mujer pase la noche. Respuesta invalidada. Había que buscar otra.
Tampoco era cuestión de incordiar al recién inaugurado espíritu femenino de la pequeña, así que la respuesta de la falta de maquillaje tampoco vería la luz. Demasiado cruel para una niña de cinco años que ya le había pedido a los Reyes Magos su primera caja de maquillaje, y que aunque aún escribía con torpeza, era capaz de dibujar perfectamente sus rasgos ante el espejo con esas pinturas color pastel.
Porque no han dormido bien. Era tan simple esta respuesta que también la rechazó. Sobre todo, por incredulidad. ¿Cómo decirle a quien es capaz de dormir durante más de doce horas seguidas que eso… acaba por desaparecer con los años?
A falta de respuestas, recurrió al requiebro al que todos los padres son expertos.
Pues yo te veo igual de bonita por las noches que por las mañanas. No sé por qué dices eso, Lucía.
Se quedó pensando. En cuanto se quedó solo y tuvo un minuto, cogió su móvil para llamar a su mejor amiga.
Hola querida. Pregunta de urgencia: ¿Tú eres de las que piensan que las mujeres tenéis mejor cara por la tarde o por la noche que recién levantadas?
Pues claro... No es muy difícil darse cuenta.
La rotundidad y la rapidez en la respuesta de su amiga le dejó de piedra. Pero había encontrado la horma de su zapato.
Y, ¿tú sabrías decirme por qué?
Pues sí, sabría... Pero no pienso decírtelo. Oía reír a su amiga. No creo que sea bueno que los hombres conozcáis todos los secretos de las mujeres. Pero, ¿sabes una cosa? Hay mañanas en las que me despierto radiante, todo depende ya no te diría tanto de dónde he pasado la noche sino de con quién... y sobre todo (seguía riendo), cómo. Y mucho me temo que la huella de la pasión no dura eternamente en mi rostro. Así que... cambio la respuesta: depende del día.
Mejor dicho, de la noche.
domingo, marzo 01, 2009
Un cuento
(Dedicado a todos mis amigos papis que se enfrentan a diario a las preguntas impredecibles de sus pequeños.
En especial, a esos papis que no ven tanto a sus hijos como querrían, y que luchan por demostrar que la paternidad es mucho más que un fin de semana alterno).
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8 comentarios:
Mi hijo de cuatro anyos vino a casa el otro dia todo apenado, y me suelta :
Papi .. estoy un poco preocupado .. aun no se con quien me quiero casar .. "
Yo brindo porque todas esos cuentos que tienes guardados se los puedas leer a tus propios hijos
Un besito.
Genial la pregunta de tu niño, KAMELAS. Dile de mi parte que a mí me pasa lo mismo...
;-)
Por cierto, ¿qué le respondiste?
A mí mi padre aún me recuerda preguntándole: "papi, y además de para peinar... ¿para qué sirve un pene?".
Diálogo de mi jefa con su hijo cuando tenía tres-cuatro años:
- Es que no lo entiendo, vivimos en Coruña y papá y tú tenéis que trabajar y yo i al cole...
- Pues claro, cariño, la vida es así, hay que estudiar y trabajar..
- Pero por qué no nos vamos s vivir a Marina D'or???
- ¿A Marina D'or?
- Claro, ahí todo el año es vacaciones!!!!
:D
Suerte de inocencia infantil!!!
Besos
Sí es que los niños son totales, com ocuando te sueltan, cuando no haces lo que ellos quieren "¿Y encontes para qué he nacido yo?"
Vamos, un tratado de Metafísica existencialista con cinco años.
Y como esa, miles.
Sólo podemos disfrutarlas, disfrutarlos.
P.S.: Yo también apoyo a los padres de fin de semana alternos. ¡Ánimo, y valor chicos!
Vaya vaya!!! Los niños cada vez nos sorprenden más!!! Tengo un sobrino de tres años que vez pasada fue al médico, y cuando le pregunté que a donde habia ido me contesto con toda firmeza "a la obra social". La verdad que no sabemos de donde sacó que el lugar a donde había ido era la obra social je!
Es que hay preguntas de niños que se las traen.
Y mejor merecen un cuento que una contestación.
A mi, hace ya un montón de tiempo, me preguntó un diminuto en clase:
Profe ¿qué son actos impuros?
Ante mi mudez momentánea a la busca de algo comprensible para un niño de cinco años se me adelantó con otra pregunta:
¿A que es difícil?
Más que difícil, imposible. Sobre todo en aquellos destartalados años sesenta.
Besos.
Me he reído con tu texto, y con todos los comentarios llenos de preguntas inesperadas :-)
Pero, sí, creo que es mejor inventarse un cuento...que son tan antiguos como la humanidad, a mí por ejemplo, me encantan los mitos griegos que explican por qué las bayas del bosque son rojas, o por qué existen las estaciones...
Jo... ya de pequeñas complicandonos la vida...
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