De naturaleza tozuda como soy, no es fácil que yo cambie de opinión.
Mantengo que no es habitual que las personas cambiemos. Y en cualquier caso, y si hay cambios (perdón por este ataque de pesimismo para arrancar el curso), pienso que son para peor.
Cambian los tequieros, cambian los besos, cambian las circunstancias. Cambian nuestras casas, nuestros trabajos, las personas que protagonizan nuestras vidas. Pero es muy difícil que las personas cambiemos.
Cambia la forma de mirar, pero no los ojos con los que miramos.
Cambia el decorado, pero no los protagonistas.
Hay quien dice que evolucionamos. Eso al menos sí debería ser.
Y todo esto porque hace un rato me miraba el espejo. Y pensaba si estaría equivocada en esa teoría vital. Quizá es que estoy cambiando. Quizá es que ya ni las teorías existen.
¿Se puede cambiar en dos o tres meses? ¿Podemos cambiarnos a nosotros mismos?
Hay que ver lo que tiene mirarse en el espejo. Con lo bien que estaba yo ordenando las fotitos del verano...
lunes, agosto 31, 2009
Cambios
viernes, agosto 28, 2009
Otro final
Vale.
Llegaron.
Pero ya se fueron.
Terminaron.
Siempre ocurre.
Demasiado rápido.
Demasiado breves.
¿Y ahora qué?
lunes, agosto 17, 2009
Sigo de vacaciones
Pues eso... que cuando una está de vacaciones, lo mejor es seguir callada y dejar que las cosas sucedan.
Sin prisa.
Sin pausa.
Que el invierno es largo y lo bueno dura poco.
Echo de menos escribir a diario, como en otras épocas.
Pero no llego a todo.
Y he aprendido a que no pasa nada cuando no se llega a todo.
Y yo, ahora, con vuestro permiso... estoy de vacaciones.
Sigo de vacaciones.
Felices días de descanso a todos.
martes, agosto 04, 2009
Siempre rojas
Hay muchas formas de estar. También de ser.
Una llamada a tiempo, palabras, silencios, sonrisas, risas.
Un brazo en el que apoyarse, un hombro en el que llorar.
Unos ojos en los que buscar respuestas, unas manos en las que leer futuros.
Las personas a las que queremos.
Las que se hacen querer.
Las que se convierten en cotidianas, en necesarias, en imprescindibles.
Esas que elegimos, a veces sin querer. A veces queriendo.
Las que están para lo bueno y lo menos bueno.
Las que cogen el teléfono sin dudarlo al ver tu nombre en su pantalla, las que son capaces de dejarlo todo por ti... aunque dejarlo todo sea en realidad no dejar nada.
Las que saben que las rosas rojas son mis preferidas,
y por eso... qué más da el motivo...
en medio del ciclón que sacude mi vida,
me dibujan una sonrisa,
me inventan un sueño,
me ganan con aroma de bosque de fuego.
...
lunes, agosto 03, 2009
De color de rosa
Nunca me llevé bien con los adioses ni con las despedidas ni con los finales. No me gustan. Es más, me disgustan.
Y como la vida es injusta, últimamente parezco coleccionarlos.
En épocas de adioses, me agarro con fuerza a lo que tengo, a lo que perdura, a lo que se quedó dentro. Me envuelvo en todo ello. Y me entran ganas de sonreír.
El espejo enfrente. Reflejos de incertidumbres, sombras de relativo miedo. Pero al miedo hay que matarlo. Y a las incertidumbres, espantarlas.
Y ahí me quedo.
Distraída. Sabiendo que puedo.
Y que aunque no lo creamos, la vida también es de color de rosa.
Aunque a veces no lo parezca.