Corta, muy corta, pero deliciosa conversación telefónica con un compañero de trabajo:
- ¿Cómo estás?
- Bien, como siempre.
- ¿Cómo está tu corazón?
- Bien, como siempre.
- ¿En fase de reconstrucción?
- Eso significa que antes ha estado destruido... No me gusta la pregunta...
- No hombre... no lo decía con esa intención.
- De todas formas (digo) tú pon velas a tus santos para que mi corazón esté bien.
- Pero si yo no creo en los santos.
- No, si yo tampoco..., pero por si acaso.
- Bueno, le rezaré a Nuestra Señora de la Buena Actitud. Tú encomiéndate a ella.
- ¿Tienes estampitas?
- Lo siento, pero no se caracteriza por un gran merchandising. No te preocupes, le pediré por ti...
(A quien me hizo sonreír a primera hora de la mañana, gracias).
miércoles, octubre 17, 2007
Estampitas
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6 comentarios:
Las primeras sonrisas de la mañana merecen un monumento.
Y quienes las provocan un abrazo gordo.
Basta el recuerdo de una breve pero deliciosa conversación temprana para hacernos sentir mejor.
Yo hoy tengo mucha suerte: tú eres mi segunda sonrisa de hoy.
Gracias
Y tú la mía, Ybris.
:)
Saludos.
Completamente de acuerdo con ybris.
En un mundo de zancadillas y caras largas, quien provoca una sonrisa, se merece por lo menos un beso.
Saludos!
Pues sí, si no fuera por esos momentos. Abrazos sin brazos...
yo llego tarde...pero me sonrio de noche..besos
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