Nunca me llevé bien con los adioses ni con las despedidas ni con los finales. No me gustan. Es más, me disgustan.
Y como la vida es injusta, últimamente parezco coleccionarlos.
En épocas de adioses, me agarro con fuerza a lo que tengo, a lo que perdura, a lo que se quedó dentro. Me envuelvo en todo ello. Y me entran ganas de sonreír.
El espejo enfrente. Reflejos de incertidumbres, sombras de relativo miedo. Pero al miedo hay que matarlo. Y a las incertidumbres, espantarlas.
Y ahí me quedo.
Distraída. Sabiendo que puedo.
Y que aunque no lo creamos, la vida también es de color de rosa.
Aunque a veces no lo parezca.
lunes, agosto 03, 2009
De color de rosa
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
11 comentarios:
¿"parezco coleccionarlos" o "parece que los coleciono"?
"colecciono", perdón
Seguro que sí, Valiente.
Un beso que se queda (como yo).
"parezco coleccionarlos", ANÓNIMO.
Me ha gustado así, ¿a ti no?
Siempre he disfrutado dándole vueltas a las palabras. Es parte de mí.
Besos revueltos.
Coincidimos, amiga. Los adioses no son sólo despedida de los otros sino también despedida de una parte de nosotros mismos.
Por eso duelen.
Nos aferraremos a ese color rosa de la vida que perdura.
Besos.
pues guarda lo bueno...lo amlo viene solo.
besos
Ánimo!
Claro que la vida es de color de rosa, al menos hay que esforzarse para que siga así, no?
Saludos,
YoMisma
Como el anuncio de Martini Rosso.
Besos rosados.
Adiós !!
y por qué terminar???
Complejas colecciones, sin duda alguna...
Si, la vida es color de rosa, aunque nos falte luz para verlo.
Un beso
No, de color de rosa no, de color de azul...
Publicar un comentario