lunes, abril 28, 2008

Pirata

Si hoy escribiera saldría oscuro.
Si hoy hablara, diría alto.
Si hoy dijera, sonaría feo.
Si hoy callara, me quedaría muda.

Sólo se me ocurre convertirme en pirata
de esos que asaltan barcos
cambiar la proa por tus labios,
las velas por tus brazos.

Ahí me quedo.
En medio del oceáno.

Porque si hoy hablara, diría alto.
Si hoy escribiera saldría oscuro.

domingo, abril 27, 2008

Primavera

Las de este año
...
...














jueves, abril 24, 2008

Palabras


¿Cuál es tu PALABRA favorita?
...
...



¿Por qué?



lunes, abril 21, 2008

Amarillos

No es plagiarte.
Es homenajearte.
Es buscarlo.
Y encontrarlo.
Es revivirlo.
Es volver a leerlo...
una vez más.
Es no olvidarlo.
Nunca.



La noche era de amarillos.

Hemos tomado de postre adrenalina.

Nos hemos mirado a los ojos para ponernos a cien. Hemos apartado los platos, los vasos, los cubiertos... Nos hemos tumbado en la mesa como en una playa. Las migas doradas eran la arena, y el ruido de las respiraciones: el mar.

Un mar, dos mares.

Hemos sido un rato los veleros y otro las motoras. Y luego, yo el chico que alquila las tumbonas y tú la alemana con las tetas al sol.

A un sol, a dos soles.

Hemos tomado de postre adrenalina, que es más digestiva que el sorbete de limón. También amarillo. Mira tú.

Es que esta noche era de amarillos.

domingo, abril 20, 2008

¿Qué ves?


La fotografía me parece espectacular.
Es de un fotógrafo llamado Christophe Gilbert, que maneja la realidad y la fantasía de una manera formidable.
La primera vez que vi esta imagen me quedé sin palabras. Tiene tanta fuerza que, en este caso, posiblemente sea verdad eso de que una imagen vale más que mil palabras.
Pero como me gustan los retos, vamos a jugar.
Y por eso pido que defináis, en no más de diez palabras, lo que veis en la foto, los sentimientos que os despierta esta imagen.
¿Juegas?

viernes, abril 18, 2008

Escritorio

Un compañero de mi trabajo anda estos días decorándonos los ordenadores. Busca fotos o imágenes acordes a la personalidad de cada uno para ponérnoslas en nuestros escritorios.


La elegida para mí ha sido ésta



... aunque no me guste el café


lunes, abril 14, 2008

Anónimos

Lo digo antes de empezar: Me gustan los comentarios anónimos.
Pero me llenan de curiosidad.

No sé lo que pensáis sobre si somos anónimos o no los que escribimos en esto de la bloggesfera con nuestro nick. En el fondo, no dejamos de serlo. Pero parece esclarecedor el comentario firmado por cualquiera de nosotros, mientras que los nombres en negrita que van y vienen o los anónimos lo llenan todo de misterio y fascinación.

Que conste que no se me ha olvidado. Me causó gracia y un mucho encanto por original y divertido el anónimo al que se le ocurrió lo de la puja de besos. Tanto que le seguí el juego. Sigo sin tener ni idea de quién es. Y sigo queriendo saberlo. En esos días creo que le di la tabarra a los pocos amigos que saben esto del blog preguntando si me estaban gastando una broma. La respuesta fue la misma: No.

Todos somos anónimos para el resto. ¿Quién es lunarroja? Sí, escribe siempre que puede y se va quedando en pelotas día tras día, en lo que a sentimientos se refiere. Pero está escondida en ese nombre tan de indio xius. Claro que ¿cambiaría algo saber quién es realmente quien escribe esto?
Reconozco que yo misma, cuando me interesa, dejo en algunos otros blogs mis comentarios como anónima, o mejor aún, inventando nombres que me gusta más. Aunque ocurre muy de tarde en tarde, normalmente en blogs de amigos personales, para no dar demasiadas pistas.

Sobre este tema también opinaba recientemente el gran maestro Ybris: Su necesidad de mantenerse en el anonimato más absoluto y no contar a nadie sus escarceos con esto del blog. Yo, que empecé de una forma parecida, sucumbí a los encantos del enorme placer que supone decir yotengounblog. Y ahora, casi tres años después, puedo decir que hay algunas personas de mi entorno que conocen la página. No muchas, pero algunas. Suficientes.
No me condicionan en absoluto, sobre todo porque cuando escribo no pienso en nadie. Pero quizá si me parara a pensarlo... Suerte que no lo hago. Soy consciente, sin embargo, de que hay personas que sí que limitarían mi libertad, de ahí que en determinados casos no suelte prenda.
De todas formas, si lo he querido compartir ha sido con quien he considerado importante en algún momento de estos casi tres largos años y no me arrepiento.

Volviendo al tema de los anónimos, creo que precisamente quienes mejor los manejan son los conocidos. Los que quizá querrían decirme algo y encuentran ese camino como el más fácil, o el más cómodo.
Siempre que veo un anónimo, aunque sea un comentario de una sola palabra, pienso en quién estará detrás. Y me vuelve a parecer fascinante.

Sólo una norma: la del buen gusto. Por eso no me gustan los moderadores de comentarios ni nada de eso. Claro que tengo la suerte de tener muy pocos comentarios ácidos y ninguno que me haya dolido de verdad. Lo digo porque sé de compañeros que me han contado que se decidieron a ponerlo porque recibían a diario verdaderos insultos (sobre todo en los blogs más políticos). Es diferente.

Con lo fácil que es hacer cosquillas con las palabras, y esbozar sonrisas con apenas un puñadito de letras entre las manos...

Así es esto: el que quiera que diga y que diga lo que quiera.

Sí, me gustan los anónimos.
Pero más me gustaría saber quién se esconde detrás de cada uno de ellos.

domingo, abril 13, 2008

No más

Desafortunadamente, en los últimos meses me ha tocado lidiar con exquisiteces varias:


"No me voy a enamorar de ti".
"No puedo darte lo que tú quieres".
"Estamos condenados a no entendernos".
"No quiero enamorarme".
"No sé lo que quiero".
"No queremos lo mismo".


Y alguna otra, no crean. Pero no quiero aburrirles con más de lo mismo.


Y de repente, lo que son las cosas, me he dado cuenta de que no lo voy a escuchar más.
No porque no vengan personas a decirme cosas parecidas, los dioses me libren; no soy tan prepotente como para pensar eso.


Simplemente porque si vuelve a ocurrir... yo no me quedaré escuchándolo.

sábado, abril 12, 2008

Además, innecesarias

"Cuando las mentiras no son imprescindibles la vida es un logro"





No sé ni quién lo dijo ni dónde lo he leído o escuchado ni de dónde salió la frase. Incluso creo que ya la publiqué aquí en otra ocasión. Pero de vez en cuando me acuerdo de estas palabras.


Hay días en que me provoca una sonrisa.
Otros, una ligera destemplanza.
Y otros, simplemente, miedo.

miércoles, abril 09, 2008

Olvido

Hace unos días un comentario firmado por Luna llamó mi atención: "A la vuelta me cuentas cómo se consigue olvidar. Por favor lo necesito".

Mi primera respuesta fue que obviamente no tenía la solución aunque quizá había que seguir el refrán de querer es poder.
Sin embargo, me parece muy interesante reflexionar sobre el olvido y nuestra capacidad para ello. Y hoy, por qué no, es un día estupendo para hacerlo.


Me imagino que el olvido que Luna pretende conseguir es el de algún amor. Sólo me lo imagino porque no daba muchos datos, puede que me equivoque. No me equivoco tanto si digo que los amores rotos son lo más difícil de olvidar.

De todas formas creo que lo más importante para olvidar es querer hacerlo. Aunque no sea tan fácil en el ámbito del corazón. En los demás, a mí me sirve.
Yo, que soy de naturaleza un poco tonta, no tengo ningún problema en perdonar los posibles errores que la gente que está cerca de mí pueda cometer. También me gusta que me perdonen cuando soy yo la que comete los fallos. Y al perdón sólo llego por el camino del olvido. No entiendo a los que dicen eso de "yo perdono pero no olvido". En el fondo, si no olvidas el error es difícil perdonarlo por completo. Yo primero lo olvido y luego lo perdono. Así es más fácil.
Por el contrario, cuando no quiero perdonar no pretendo olvidar.


Ya he dicho que esto no es del todo aplicable a los amoríos que se nos van. Porque en la mayoría de los casos no hay nada que perdonar, por tanto nada que olvidar. Entonces, ¿cómo olvidarnos de quien ya no quiere seguir a nuestro lado y a quien probablemente sigamos queriendo? No tengo la respuesta. Luna, te digo lo mismo que te dije por escrito hace algunos días.


Aunque siempre nos queda el camino de no olvidar, esa opción puede ser válida. ¿Cómo olvidar a quien hemos querido tanto? Una misión... ciertamente imposible. Me fascina esa gente que dice que del amor al odio hay un paso. Para mí, pasar del amor a la indiferencia ya es un camino eterno... no te cuento para llegar al odio (sentimiento que, por cierto, no me parece nada recomendable).

Hay por ahí una frase que a mí personalmente no me convence que dice algo así como no llores porque terminó, alégrate de que pasó. Tal vez a ti te sirva, tocaya.

Y ahora, si alguien tiene la solución que nos la cuente, ¿cómo se consigue olvidar?

martes, abril 08, 2008

Ideas claras

Ni porque no encontremos nada mejor.
Ni porque nos asuste la soledad.
Ni porque recojamos calabazas ajenas.
Ni porque nos pueda la costumbre.
Ni porque nos dejemos llevar por lo fácil.
Ni porque con esto me vale.
Ni porque me podría valer.
Ni porque nos tenemos cariño.
Ni porque me pones la piel de gallina.
Ni porque es demasiado tiempo.
Ni porque hemos pasado mucho.
Ni porque me has enseñado tanto.
Ni porque nos lo pasamos bien.
Ni porque te gusta el sabor de mi piel.
Ni porque sí.



El día que estemos juntos será simplemente
porque no quiero estar sin ti.

lunes, abril 07, 2008

Mil soles espléndidos

"Todos los ciudadanos deben rezar cinco veces al dia. Si os encuentran haciendo otra cosa a la hora de rezar, seréis azotados.

Todos los hombres se dejarán crecer la barba. Quien no lo acate, será azotado.
Se prohíbe cantar.
Se prohíbe bailar.
Se prohíben los juegos de naipes, el ajedrez, los juegos de azar y las cometas.
Se prohíbe escribir libros, ver películas y pintar cuadros.
Si robáis, se os cortará la mano por la muñeca. Si volvéis a robar, se os cortará un pie.
(...)

Atención mujeres:
No mostraréis el rostro bajo ninguna circunstancia. Iréis cubiertas con el burka cuando salgáis a la calle. Si no lo hacéis, seréis azotadas.
Se prohíben los cosméticos.
Se prohíben las joyas.
No llevaréis ropa seductora.
No hablaréis a menos que os dirijan la palabra.
No miraréis a los hombres a los ojos.
No reiréis en público. Si lo hacéis, seréis azotadas.
No os pintaréis las uñas. Si lo hacéis, se os cortará un dedo.
Se prohíbe a las niñas asistir a la escuela. Todas las escuelas para niñas quedan clausuradas.
Se prohíbe trabajar a las mujeres.
Si os hallan culpables de adulterio, seréis lapidadas.
Escuchad. Escuchad atentamente. Obedeced.
(...)"


Es un fragmento de la inquietante novela "Mil soles espléndidos", de Khaled Hosseini, el autor de la más conocida "Cometas en el cielo", que se acaba de llevar al cine.
...
...


Me la estoy literalmente devorando. No puedo dejar de leer lo que ocurría (sigue ocurriendo, me temo) en Afganistán. No se trata de lo que allí pasaba hace cien años o doscientos. No.

El párrafo que he copiado resume la llegada de los talibanes en 1996. Como aquel que dice, hace cinco minutos.

Y de repente, entre el sufrimiento de las protagonistas de la novela, me doy cuenta de la suerte que tengo por ser mujer en un país de lo que se llama el mundo occidental. De la suerte que tengo por ser mujer en un país libre, donde valgo lo mismo que un hombre, y donde tengo los mismos derechos y las mismas obligaciones que un hombre. Por haber nacido en un lugar en el que mi padre se alegró por saber que su segunda hija también era niña.

Lo más tremendo, a propósito del párrafo, es que el libro cuenta cómo los habitantes de Afganistán en general, y de Kabul en particular, esperaban a los talibanes como los salvadores de la situación infernal que ya vivían antes. Lo que vino después, perfectamente descrito en "Mil soles espléndidos", fue humillante y desolador para tantas personas (mujeres pero también hombres) que, por los caprichos de la vida, nacieron en ese rincón del mapa.

Dura, triste, conmovedora, pero también con una buena dosis de esperanza y de personas con una gran fortaleza que intentan luchar con la situación que les ha tocado vivir sin dejarse vencer por el miedo. La ternura también está en medio de las guerras o de las situaciones más virulentas.

"Mil soles espléndidos". Lo recomiendo. Lectura obligada para conocer la tremenda realidad de un país a pocas horas de avión de nuestra casa. En pleno Siglo XXI.

viernes, abril 04, 2008

Me buscas aunque no quieras.
Aunque no debas me buscas.

Me encuentras sin quererlo.
Sin querer sigues buscándome.

No sé si te das cuenta
que no puedes estar lejos
que ya no sé si no quieres o no sabes
alejarte de nuestro universo.


No sé si te importa
que me vaya para siempre
o que me quede desde nunca
no sé si te importa
que me haga un hueco entre tus manos
o que vuele por donde más nos duele.


Que me buscas es cierto.
Que me encuentras, más.
Otra cosa es lo que debamos.
Lo que queremos, no hay duda.


Me buscas aunque no quieras.
Aunque no debas me buscas.

miércoles, abril 02, 2008

STOP

No me gusta:

Ducharme con la puerta cerrada y que todo el baño se llene de vaho.
Los huevos fritos.
El color blanco.
Que llueva cuando estoy de viaje.
Hacer colas.
Los despertadores.
Tener ojeras.
Que desaparezca el punto y coma.
El tabaco.
Perderte.
La sopa de fideos.
Los chicos que después de una cena te dicen "no me dejas que te invite, ¿verdad?"
El calor pegajoso.
Los gatos.
La falta de persianas.
Que me miren cuando no quiero que me miren.
Esperar la nada.
La prepotencia.
La leche caliente.
Las verificaciones de palabras en los blogs.
El IPC.
Que me griten.
Los prejuicios.




No soporto:

Las mentiras y quienes las utilizan para hacer daño.
La cobardía y todos aquellos que la ejercen.