martes, febrero 27, 2007

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¡Con lo bonito que es decir Sí!

lunes, febrero 26, 2007

Billete

Llevo todo el día sintiéndome billete. Todos me sonreían nada más verme, más de uno quería llevarme al lado de su corazón, me han pasado de mano en mano sin ni siquiera mirarme a la cara, y todos se han esforzado en que mantuviera mi integridad. Incluso alguno ha habido que me ha querido cambiar por otro más poderoso. Sólo uno ha querido hacerme un burruño para demostrar su estupidez.

Y en ello estoy. Mirándome al derecho y al revés para saber si al menos soy de 5 o de 500 euros.

domingo, febrero 25, 2007

Diferentes modos de enamorarse

Hace algunos días, escribía aquí mismo un nada científico tratado sobre la pena, basándome en las experiencias de alguien cercano a mí.

Pues bien, hoy quiero reflexionar sobre los diferentes modos con los que nos enamoramos. Pienso que cada vez que el amor llama a nuestra puerta, lo hace de diferente forma. Bien por las circunstancias de cada relación, por el momento vital en el que nos encontremos o por cómo se produzca. Pero sobre todo, por la persona que tenemos delante.

Tengo 35 años y la suerte de haberme enamorado en varias ocasiones. Ahí está mi vida:

- Mi primer amor. Con todo lo que eso significa. Mariposas en el estómago, las hormonas a flor de piel, las ganas de darlo todo, la idea absoluta de que eso sería para siempre. Adolescencia en el corazón, madurez a pesar de todo en la cabeza. Varios años compartiendo una manera muy parecida de ver la vida. Recuerdos llenos de cariño cuando miro hacia atrás para asomarme a aquella historia maravillosa.

- Amor de juventud. Desde el principio intuí que no sería definitivo. Estrellitas a cada paso, muchas más luces que sombras, ráfagas incluso. Quizá una venda en los ojos para comprender que tenía más de cuento que de realidad. Que en una relación es mejor mantener posición de igualdad. El mundo roto cuando aquello terminó. Amor hasta el último día. Incertidumbre absoluta por aquel final tan de película como había sido el resto de la historia. Sonrisas cuando pongo a trabajar la memoria hacia todo aquello.

- Amor maduro. Porque así lo construimos, a pesar de que yo era joven aún. Un amor absolutamente estable, de aguas tranquilas, nada revueltas. Pareja 100%, ningún secreto, ninguna duda, ningún miedo. A pesar de todo, demasiado diferentes para seguir con ello después de un mundo construido a la medida de dos. Demasiado distintos para haber comenzado con aquello que vino tras una larga amistad. Mi experiencia me ha demostrado que es mejor dejar la amistad en su sitio y que el amor debe comenzar por otros caminos. Es sólo mi experiencia. Un sabor dulce al recordar los ecos de una historia profunda y sincera, mezclado con el amargor de quien sabe que lo difícil, en ocasiones, se vuelve imposible.

- Mi último amor. No por ser el más reciente, el más intenso. El que me hizo comprender lo que significa perder la cabeza. El que me transportó a la adolescencia más insultante, a las intensidades más profundas. El que me devolvió la sonrisa cuando tenía el corazón en mil pedazos. De nuevo tan distintos como osada para empezar historias que nunca sé donde van a terminar. Pero, en estos temas, prefiero moverme por impulsos del corazón. Quizá el amor más irracional, el menos sensato, el más loco. Camino también sembrado por lágrimas y dificultades, no vaya a ser que encuentre una relación fácil y me crea que la vida es un regalo... Carne de gallina al recordarlo.


No han sido muchos amores. Supongo que los suficientes. Sí, soy de relaciones largas.
No sé si habrá otros, nuevos o viejos. No sé si estoy en condiciones de vivirlos. Pero lo que tengo claro es que la vida es mucho más bonita estando en ese estado maravilloso estado que todos hemos conocido alguna vez.

viernes, febrero 23, 2007

Nostalgia

Llevo todo el día disfrazada de nostalgia. Cargando con ella como puedo. Intentando esquivarla sin conseguirlo.

A estas horas, me he dado cuenta de que la nostalgia es una mala compañera de viaje. Una farsa. Una embustera.
Porque se apodera de la sombra que has dejado en esa esquina y la convierte en luz. Porque convierte los silencios en burbujas. Porque transforma lo bueno en mejor, lo malo en regular, el hielo en deshielo, lo lejano en próximo, lo difícil en seguro, el no en un quizá, el quizá en un tal vez, el tal vez en definitivamente sí.

Se me agarrotó la nostalgia esta mañana y me hizo un nudo en la garganta. A ratos creí vencerla. Pero ahora sé que me espera sentada en el borde de mi cama. Y aunque no tengo ganas de hablar, quizá me haga un sitio en su regazo y hasta lleguemos al sueño juntas.

martes, febrero 20, 2007

Amigas

Paseo entre la perenne sonrisa de una, la templanza de otra, y la naturalidad de la tercera. Compartimos risas, secretos a voces, raquetazos al viento, penas ahogadas no siempre en una copa de alcohol, preguntas a veces sin respuestas, respuestas casi siempre sin preguntas.
Me atrevo con los "yo nunca he" más íntimos. Los busco sin rebuscarlos. Me salen porque me dejan.

Establecemos pequeñas bandas de a dos depende de la ocasión. Yo contigo, luego contigo, ahora contigo. Nos gustamos y nos lo decimos.
Ante mi asombro, las tres están de acuerdo en mi falta de sensatez. Lo llevo clavado en el alma. Aún sonrío al pensarlo. Mejor no pensarlo.


Entre cuatro, hay de todo. Por eso se puede elegir:

- La íntegra, nunca una palabra más alta que otra, nunca una mala cara, nunca un enfado. Natural como el aire puro, transparente como su mar, sabrosa. Divertida. Me fío.

- La más cerebral. Reflexiva, pausada, necesitada de sus tiempos. Serena y sensata (tú sí). La que mejor maneja sus dudas. La que menos teme a sus miedos. 32 años siguiéndonos la pista...

- La pasión con forma de mujer. Alegre, positiva hasta decir basta, fiel a sí misma, generosa y ocurrente. Sabe poner al mal tiempo buena cara y por eso me gusta respirarla. Aprender de ella, con ella.

- La última, la que todos conocéis. No hace falta que cuente mucho más. Rizos en la cabeza, serpentinas en el alma.

Alguien dijo que tener un amigo es tener un tesoro.
Teneros a vosotras, uno de mis pequeños grandes triunfos.


Por vosotras... ¡salud!

lunes, febrero 19, 2007

Cajones

Dice Lou Marinoff, el autor de aquella laureada "Más Platón y menos Prozac" que "la felicidad dura más que una borrachera, pero exige que seas creativo y que trabajes. La felicidad no viene sola".

El otro día escuchaba a un buen amigo decir que la felicidad hay que buscarla.
Y justo en estos momentos tengo todos los cajones de la casa patas arriba. La estoy buscando. Con creatividad, eso sí.

De momento, no está ni en el de la ropa interior ni en el de los cubiertos. Ni en el de los calcetines ni en el de los trapos de cocina. Ni con los pijamas ni con los collares. Ni con los manteles ni en el cajón de los secretos.

Pero aún no he terminado. Hay muchos cajones en mi casa. Y por algún rincón tiene que estar... Y ya de paso me entero si es verdad lo de la borrachera.

domingo, febrero 18, 2007

Sí, quiero

Me caso



(Quería haber escrito ME CANSO.
Y hay que ver el poder que tiene una letra.
O mejor dicho, la falta de ella).

sábado, febrero 17, 2007

Para pintarme la sonrisa

- ¿Necesitas algo? ¿Puedo ayudarte?
- No, no lo creo.
- ¿Estás segura?
- Estoy convencida de que no puedes darme lo que quiero.
- Yo no lo tendría tan claro...
- Tan claro como el agua: sólo estoy buscando mi pintalabios.

jueves, febrero 15, 2007

Por vosotros

Cada cual tendrá sus motivos para escribir. Pero no termino de creerme a aquellos que dicen que escriben su blog para sí mismos. Recostada en mi razonamiento más elemental, les diría que si de verdad quieren escribir para ellos mismos, lo hagan en un cuaderno privado que, una vez cerrado, no salga del cajón. Eso sí es escribir para uno mismo.

No es mi caso. Aunque me gusta escribir y lo hago por mero placer y como ejercicio para mi coco y para mi alma, me gusta que me lean. Pues claro.

Por eso este post se lo dedico a tres personas.

A mi amigo P., porque sin querer saber los motivos de mi silencio me has hecho saber que echabas de menos ese ejercicio mañanero de pasearte por mis sentimientos.

Al otro P., curioso como yo, siempre ahí, sintiéndome aun sin verme o sin oírme. Pidiéndome palabras a cambio de sonrisas.

Y a otro amigo al que no conozco pero que lo siento cerca. Ybris, que en su comentario a mi último post me dedicó unas de las palabras más enriquecedoras que me hayan dicho jamás, y que en un ejercicio de mirarme el ombligo releo en estos momentos: "Pero ¿sabes? Uno sale a veces de tus letras con la extraña sensaciónde haber encontrado lo que siempre andaba buscando.Y de quedarse con ganas de más. Mañana vuelvo".

Por ese mañana vuelvo estoy aquí.
A vosotros, gracias.


Continuará...

miércoles, febrero 07, 2007

El trueque

Compro un corazón sin miedos.
Alquilo sonrisas eternas, besos interminables, caricias infinitas.

Busco respuestas sin preguntas.
Encuentro silencios escandalosos.

Compro una delicadeza que me ponga la piel de gallina.
Alquilo un trozo de amor, una pizca de ilusión.

Bebo sueños mientras cuento las monedas.

No hay dinero para comprar lo que no me vendes.
Ni tiempo para disfrutar lo que no me regalas.

Quizá todo tenga un precio.
Quizá nada pueda comprarse.
Sólo sé que pagaría.
Si con el dinero llegara todo eso que tanto deseo.

martes, febrero 06, 2007

Tratado de la pena

Mi amigo C. cree que existen tres tipos de penas:

- Las penas cucaracha, inherentes al ser humano y a la propia vida. Molestas pero inofensivas. No atacan, pero dan asco. No hacen ruido, pero asustan. Se puede acabar con ellas sin demasiado esfuerzo.

- Las penas león, cuyos rugidos asustan al más pintao. Son feroces, peligrosas, difíciles de espantar. Pesadas y patentes. A veces hacen guardia en la puerta de tu casa para no dejarte salir. Te rodean, te acorralan. Te pueden.

- Y las penas fantasma. Dice C. que éstas son las más peligrosas, porque representan los miedos. Las que se enganchan dentro de nuestro coco aunque no existan como tal (por ejemplo, los celos). Las penas que podemos llegar a inventamos nosotros mismos, las que nos impiden ser feliz.


No sé si esta teoría es muy correcta o si puede servirle a algún estudioso del alma humana para su próximo tratado. En cualquier caso, me temo que existen muchos más tipos de penas.

Por lo menos, esta noche, yo me he encontrado con otra en la chistera. No pertenece a ninguna de esas categorías. Y no hay forma de hacerla salir...

lunes, febrero 05, 2007

18 años sin sexo

Hace unos días leí una entrevista con la escritora Susanna Tamaro en la que afirmaba que no echaba de menos el sexo y que era muy feliz sin él.
Defendía que a cierta edad las hormonas desaparecen y por lo visto, y según sus palabras, entras en un cierto estado de gracia.
Por lo visto, lleva más de 18 años sin practicar el sexo. Y reconoce que salir de esa obsesión es una forma de gran libertad.

Me llamó la atención un par de preguntas que ella misma formulaba al entrevistador.
¿Cuántas horas pasa usted practicando el sexo? ¿Por qué una cosa que hacemos tan poco, y a menudo incluso mal, tiene que ser tan determinante?

Reconozco que ésta última no tiene desperdicio.
Y ahora, por favor, si alguien se atreve a contesarla...

jueves, febrero 01, 2007

Ingenio

Tan sorprendente como escuchar nuestra canción preferida en la radio nada más encenderla.
Tan emocionante como encontrarte con un amigo después de quince años sin verle y comprobar que no ha cambiado nada.
Tan entretenido como buscar piñones en el parque.
Tan enriquecedor como una pastilla de avecrén (al menos, eso dice el anuncio).
Tan estimulante como escuchar un "lo has hecho bien".
Tan divertido como una comedia de Billy Wilder.
Tan especial como el sol de invierno.
Tan singular como la luna roja.

¿Tienes una idea de lo que hablo?