lunes, octubre 29, 2007

Lunes

El vino de rueda a última hora de la tarde con M. mojado en nuestros sentimientos más sinceros.
Las fotografías de J.C. llenas de luces y sombras. "Véndelas, no seas tonto".
Los mimos de B. Siempre. Hoy, por teléfono.
Las manos de A. que hacen magia donde otros hacen indiferencia.
Las preguntas tan ingenuas de M. Sonrisas... una vez más.
El encuentro con A. Queríamos alargarlo... no sabiendo muy bien cómo.
Mi vestido nuevo. Verde que te quiero verde.
La inteligencia de R. de la que me gusta aprender cada día. Su chispa, su ingenio. Un milagro.
La comprensión de M. Ayer, hace un mes, mañana, el año que viene, el lustro siguiente...
El buen humor de N. Conversaciones cruzadas entre prisas y nervios.

La hoja en blanco de V. Parece que el lunes empieza a terminar...

viernes, octubre 26, 2007

Luna brillante

Veo en la tele que esta noche brilla la luna más llena de todo el año.
Y pienso que me gustaría disfrutarla más allá de estas cuatro paredes.

Hay cosas que no entiendo. Que no entenderé jamás.
El desprecio es una de ellas.
El egoísmo, otra.
Y la vida, hoy, me ha vuelto a poner de frente junto a ellas.

Sí, la luna está brillando. Allá afuera.
¿Por qué no pasas y me acompañas?
Yo soy roja, tú blanca. Hacemos buena pareja.
Podemos contarnos cosas.
Tú me cuentas cómo se vive allá arriba, yo aquí abajo.
¿Tú te pones triste alguna vez? ¿Tú convives con mediocres?
¿Tú eres feliz? ¿Tú estás enamorada?

Vuelvo a la realidad.
A la luna no hay quien la mueva.
Ni quien la engañe.
Ni quien la utilice.

Y hoy, además, está brillando más que ninguna otra noche en el año.
Aprovéchala.

jueves, octubre 25, 2007

¿De verdad es un estorbo?

Leo unas declaraciones de Bienvenida Pérez, esa mujer rubia un tanto insípida cuyos mayores méritos son haberse casado con un ex ministro de la Marina Británica y casi al mismo tiempo haber tenido un lío con un alto militar de aquel país, que “el sexo es poder y el amor, un estorbo”.

He de reconocer que la frase no me parece tan insípida. Hay días en los que quiero creer en tal afirmación, seguramente todo sería más fácil, pero no encuentro el camino que me lleve a esa conclusión tan rotunda. ¿Alguien sabe cómo?

lunes, octubre 22, 2007

sms

Hablábamos de los sms. De lo que nos gusta enviarlos y recibirlos. De cómo se convierten (aún no queriendo. ¿Seguro?) en lo que yo llamo sms incendiarios.
En la cantidad de cosas que significan con tan pocas palabras.
En lo que queremos decir sin apenas necesidad de escribirlo.
En las situaciones en las que nos hemos visto envueltos mientras los escribíamos.
En lo que hemos conseguido con ellos.
En lo que hemos perdido.

He de reconocer que siempre (casi) los respondo. Y además, me encanta. Muy pocas veces no provoco lo que al final acaba siendo una auténtica conversación por escrito. Los disfruto. Eso sí, (ya lo he comentado alguna otra vez aquí) con sus comas, sus tildes, sus puntos y todas las palabras escritas íntegramente.

De mi teléfono móvil normalmente borro los que envío y guardo los recibidos. Sobre todo, aquellos que me parecen especiales. En una ocasión, al cambiar el teléfono, me daba tanta pena perderlos que los escribí en una libreta (¡más de cien!).

Poer cierto, no me gusta que no me respondan. He enviado uno a las 15,30 de la tarde y aún estoy esperando la respuesta...

Me gustaría compartir con vosotros esos sms especiales, divertidos, jugosos, osados... ¿Cuál ha sido el sms que más te ha gustado enviar/recibir? ¿En qué situación rocambolesca te has visto envuelto mientras los escribías? ¿Cúal ha sido el último? ¿Cuál el que guardas con más cariño?

Y para que no parezca que soy de las que tiro la piedra y escondo la mano, ahí va mi respuesta: Iba en el ascensor de mi trabajo. Acababa de mantener una conversación muy larga con el autor del mensaje. Pi pi: "Se me ha olvidado decirte que te quiero".
Desgraciadamente, eso fue hace mucho tiempo.

Ahora te toca a ti. Adelante...

jueves, octubre 18, 2007

Pienso

No todas las palabras son bonitas.
Ni todos los días radiantes.
No todas las historias son entretenidas.
No todo es capaz de atraparte.

El gris existe. ¡Y vaya que existe!
Las dudas, también.
La incertidumbre, lo desigual, las confusiones, las paradojas son realidad.
La soledad, también.

Me buscáis pero no me encontráis.
Te encuentro sin buscarte.
Me evitas para no decir no.
Te sigo, queriendo que por fin llegue el sí.

Hay noches en las que la luna sangra.
Días, en los que el sol no sale.
Se esconde.
O huye, que no siempre es lo mismo.

Lo complicado a veces lo es demasiado.
Lo fácil, casi nunca lo es suficiente.
Los silencios, demasiado largos.
Las palabras también se me escapan.
Arrogantes.
Indómitas.
Y soy incapaz de pronunciarlas.
Ni siquiera de imaginarlas.

Y entonces pienso si lo que no soy capaz de imaginar es porque no existe.
O porque tengo esa incapacidad.

¿Complicada?
¿Rara?
Sólo diferente.

miércoles, octubre 17, 2007

Estampitas

Corta, muy corta, pero deliciosa conversación telefónica con un compañero de trabajo:


- ¿Cómo estás?
- Bien, como siempre.
- ¿Cómo está tu corazón?
- Bien, como siempre.
- ¿En fase de reconstrucción?
- Eso significa que antes ha estado destruido... No me gusta la pregunta...
- No hombre... no lo decía con esa intención.
- De todas formas (digo) tú pon velas a tus santos para que mi corazón esté bien.
- Pero si yo no creo en los santos.
- No, si yo tampoco..., pero por si acaso.
- Bueno, le rezaré a Nuestra Señora de la Buena Actitud. Tú encomiéndate a ella.
- ¿Tienes estampitas?
- Lo siento, pero no se caracteriza por un gran merchandising. No te preocupes, le pediré por ti...




(A quien me hizo sonreír a primera hora de la mañana, gracias).





martes, octubre 16, 2007

Empieza con K

Podía haber sido una comida de trabajo aburrida como tantas otras. Podía haber sido una comida de trabajo sin más, como tantas otras. Podía haber sido una comida de trabajo como la de todos los días.

Pero no, ha sido una comida especial. Porque las comidas de trabajo divertidas y relajadas también existen. Y porque hay personas que tienen la capacidad de transformar esas comidas de trabajo en divertidas y relajadas.

Por muchas cosas ha sido especial. Por esos platos que iban y venían llenos de cosas riquísimas. Porque alguien pidió enseguida cubiertos normales y pude olvidarme de los palillos. Porque me ha reconciliado un poco con la comida japonesa. Porque tenía enfrente a personas con las que da gusto hablar, de las que es muy fácil aprender. Porque las conversaciones han sido suficientemente interesantes. Porque me encanta comer con champán. Porque hay miradas que lo dicen todo. Porque estoy orgullosa de mis amigos. Pero sobre todo, porque en la mitad de la comida (de trabajo, no lo olvidemos), alguien me ha preguntado:

- ¿Tú crees que en el amor, como en la guerra, todo vale?
- Categoricamente no, he contestado.
- ¿Y por qué dices que no? Debería valer todo, ¿no te parece?


La falta de confianza con mi interlocutor, o mi prudencia, (o las tres o cuatro copas de champán que a esa hora ya debía de llevar encima) me ha impedido contestarle los motivos por los que creo que no vale todo en el amor. Pero esa es otra conversación. O mejor dicho, otro post.

Hoy me quedo con el recuerdo de una entrañable comida.
Y de las palabras robadas a una tarde de Madrid en medio de un taxi.
La culpa, una vez más, la tiene el nada maldito champán.

lunes, octubre 15, 2007

Esperar

De pequeña, en el colegio, me enseñaron a conjugar el verbo esperar de la siguiente manera:

Yo espero.
Tú esperas.
Él espera.
Ella espera.
Nosotros esperamos.
Vosotros esperáis.
Ellos esperan.
...
...
Al hacerme mayor, he descubierto que esa no era la forma correcta. Los matices llegan con los años, está claro.
...
Yo espero.
Tú no esperas.
Él no espera jamás.
Ella sigue esperando.
Nosotros esperamos cosas distintas.
Vosotros esperáis a ratos.
Ellos esperan... el autobús.

jueves, octubre 11, 2007

Otra verdad (mía)

No es por falta de tiempo.
.........
........
Cuando las cosas no funcionan, es por falta de ganas.

martes, octubre 09, 2007

Cuidado

Es una noticia del periódico de hoy: "Las relaciones tormentosas dañan el corazón".

Lo dice la redactora de la sección de Sanidad: "De todos es sabido que los gritos, las peleas y los conflictos constantes ponen en riesgo a la más sólida de las parejas y pueden acabar rompiendo más de un corazón.

Por si alguno aún lo dudaba, un estudio científico acaba de confirmarlo. Literalmente. Según este trabajo, las personas que mantienen una relación tormentosa tienen más posibilidades de padecer una enfermedad cardiovascular.
Para llevar a cabo esta investigación, publicada en el último número de la revista 'Archives of Internal Medicine', un equipo de científicos británicos dirigidos por el especialista Roberto de Vogli analizó el caso de más de 9.000 individuos, quienes completaron un cuestionario sobre los aspectos negativos de sus relaciones más íntimas.


Entre otras cosas, los participantes tuvieron que aportar datos sobre el apoyo mutuo, la confianza, los intereses compartidos o la reciprocidad de la relación.

Además, los investigadores también midieron otras variables como la edad, el sexo, el tipo de ocupación laboral o si los individuos se habían divorciado o separado en los últimos meses.

Después, siguieron la evolución de cada paciente durante más de 12 años para comprobar si desarrollaban algún problema de salud y, especialmente, si padecían algún evento cardiovascular".


El resultado:

- Según el refranero: "Ni contigo ni sin ti tienen mis penas remedio, contigo porque me matas y sin ti porque me muero".

- Según Sabina: "Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres... porque el amor cuando no muere, mata; porque amores que matan nunca mueren".

- Según mi humilde opinión: "Mejor vino y rosas".

Pues eso.

lunes, octubre 08, 2007

A trozos

¿Se pueden romper los sueños rotos?


No hace falta que respondáis.

La respuesta es SÍ.

viernes, octubre 05, 2007

Infiel

Cuando hice la Primera Comunión me regalaron un cuaderno de esos monísimos en los que las niñas de entonces pegábamos los recordatorios, las fotos de ese día tan importante, la lista de regalos y otras emociones varias.
Lo que más me gustó entonces (y lo que más me gusta ahora, cada vez que lo releo cuando me dan repentinos ataques de nostalgia) fue el apartado de dedicatorias. Allí firmaban y dejaban sus mensajes los amigos y familiares.

El mensaje que sin duda más me impresionó fue el de mi padre: "Sé fiel a ti misma y lo serás a los demás". Desde entonces, ha sido uno de los valores más importantes de mi vida. Serme fiel. Y por tanto, serlo al resto.

Sí, lo soy. Ni me arrepiento ni me avergüenzo ni me asusta decirlo ni nada por el estilo.

Pero he de reconocer que llevo un tiempo dándole vueltas a la idea de cambiar. De dejar de serlo. Total, tampoco me ha servido de mucho.

Quizá porque ya no me sorprendes tanto, alguno podría decir que incluso me aburres. Lo cierto es que ya no te siento, apenas te aprecio. Sinceramente, me has dejado de sorprender. Te has vuelto insulso. ¡Con lo que me gustabas antes!
Y seamos honestos, cuando dos han dejado de gustarse... lo mejor es cambiar. Mirar para otro lado, comparar y si encuentras algo mejor, quedártelo.

Pasar de la fidelidad a la infidelidad es mucho más fácil de lo que yo creía.
Y a decir verdad, no me encuentro mal. No tengo remordimientos.
¡Después de 5 años juntos!


Tenía ganas. Muchas.
Lo he intentado.
Lo he conseguido.

Por fin he cambiado de perfume.

martes, octubre 02, 2007

En taxi

Taxi por esa maravillosa ciudad que es Buenos Aires. Cada viaje, una aventura. Cada taxista, un descubrimiento.

A cada cual más interesante, más divertido, más sorprendente. Y todos muy honestos, por cierto.

Pero con uno mantuve una conversación que me fascinó. Tanto como para apuntarla en mi cuaderno de notas y poder compartirla con vosotros:

Taxista.- "Para tener un negocio hace falta tener grandes capitales. Y para eso, hacen falta grandes socios. Y eso es como el matrimonio..."

Yo.- (ingenuamente) "¿Algo difícil?"

Taxista.- (categórico) "Difícil no, imposible".

Abro el debate: ¿estás de acuerdo?

(Por cierto, atención a la manera que tienen los taxistas de buscar trabajo para sus hijos).