martes, septiembre 27, 2005

El ascensor

Como tantos otros, siempre he pensado que el día que me quedara encerrada en un ascensor sucedería algo emocionante. Bueno, debería decir imaginado.
Hoy, el ascensor de mi oficina ha estado muy juguetón. Creo que prácticamente todos nos habremos quedado encerrados a lo largo del día.
Yo no iba a ser menos. Me ha pasado dos veces. Dos mejor que una. Como cualquier españolito al uso, mistergivemetwo.
La primera, con una desconocida. Nada espectacular.
La segunda, con un compañero. No sé si por darme conversación, enseguida va y me suelta "oye, tú así no podrás tener hijos, no?" Obviamente, se refería a mis maratonianas jornadas laborales, pero reconozco que me ha sentado como una patada en el culo.
Supongo que porque es algo que está latente. Que llevo muy dentro pero que en cualquier momento puede salir a la luz. Entonces, le daré toda la razón al compañero que un día me inoportunó.
Curiosamente, casi 24 horas antes, sentada en la consulta del dentista, lo primero que me preguntó fue: "¿Estás embarazada? ¿Proyecto de estarlo a corto plazo?" No se lo dije, pero pensé, Oiga, que yo he venido a que me mire los dientes, no a que resuelva mi vida... a corto plazo.


... Para que luego digan que es emocionante quedarte atrapado en un ascensor con alguien del género contrario. ¿Hay por ahí alguno con anécdotas más divertidas que la mía... en torno a un ascensor?

lunes, septiembre 26, 2005

El método (Grönholm)

Siete personajes en una sofisticada habitación en busca de puestazo. Prueba final de exigente selección de personal. Y un método para encontrar al candidato ideal no exento de originalidad.
Primero conocimos "El método Grönholm" como obra teatral de Jordi Galcerán. Ahora (simplemente, "El método") ha sido llevado al cine de la mano de Marcelo Piñeyro, aunque el primero reniega de la adaptación cinematográfica y dice que no tiene nada que ver con su obra.
Recelos entre autores aparte, la película nos adentra en las experiencias de siete ejecutivos que, poco a poco, irán sacando lo peor de sí mismos en unos pocos metros cuadrados con el objetivo de ese puesto ideal que parece ser la salvación para cualquiera de ellos.
Feroz competencia empresarial como telón de fondo para acabar hurgando en las bajezas morales de unos y otros. A la luz pública, lo que unos son capaces de hacer para conseguir el ansiado premio. Con matices: destellos de humanidad (casi siempre en forma de mujer, lo siento chicos) en medio de una auténtica jungla profesional.
"El método" hace pensar. Y a mí, como si se tratara de un juego, me encantaría participar en una prueba de esas tan raras...

Una pregunta que se les hace a todos ellos es: ¿Qué facultad incorporarías al grupo si, tras estallar una guerra nuclear, os quedárais atrapados en un refugio durante veinte años? Surrealista pero ocurrente. ¿Alguien quiere contestar?

domingo, septiembre 25, 2005

Dedicado

Hoy ha hecho un maravilloso día primaveral casi veraniego en el inicio del otoño.
Ahora mismo luce en el cielo una descarada luna que oculta medio rostro vistiéndose de misterio y sensualidad.
Tengo un trabajo que me apasiona y en el que me siento realizada. Me quita el sueño y me impide llegar a casa a horas decentes pero apasionante.
Me he pasado gran parte del día de compras aunque no he comprado nada. También fantástico: mi tarjeta me lo habrá agradecido.
He comido con una persona con muchas e. De vez en cuando se le iban los ojos detrás de los culos en movimientos, pero estupenda.
He visto a dos de mis mejores amigas con las que he comentado lo bien que estoy. Las ojeras eran únicamente falta de maquillaje.
Tengo un coche genial. Se para cuando le viene en gana pero tiene un volante monísimo.
He dormido bien. Me he despertado muy temprano pero ha sido porque había que aprovechar el día.
He ido al cine a ver una gran película ("El método", ya hablaré de ella en otro post). Deja al aire algunas miserias humanas pero me ha gustado.


Todo realmente espectacular. Vamos, que no lo hubiera superado ni en mis mejores sueños. ¿Quién dice que no soy positiva?

viernes, septiembre 23, 2005

Sola

Hoy me ha vuelto a visitar una vieja conocida que tenía un poco olvidada durante los últimos meses: Soledad.
Supongo que de alguna manera u otra, en muchos momentos de nuestra vida estamos solos. O al menos, nos sentimos. Y hoy yo lo he comprobado: un sentimiento de soledad profundo, instalado en nosequé lugar (difícil de encontrar) pero que incordia como un grano a punto de estallar.
No sé si remo en dirección contraria o si estoy en un barco demasiado ajeno. También podría ser que los demás cogen un sentido distinto al mío prácticamente sin avisar. O que al final, mucho menos poético, cada cual va a lo suyo.
Sola. Es sólo un sentimiento. Pasajero. Incierto pero seguro al mismo tiempo.
Puede que sea el cansancio.
O la proximidad del otoño.
Puede que sea el exceso de trabajo.
Y que echo de menos un poco de tiempo libre.
Puede que simplemente tenga un mal día.

La vuelta

Viaje a Guipúzcoa tres días.
Si de algo me ha servido es para recordar que cada vez me gusta menos la indiscreción, el no saber estar, la falta de educación.

La vuelta, más bien para echarse a llorar. Presión, presión y más presión.
Sensación de estar perdiendo el tiempo. De ser el tonto del grupo.
Falta de detalles.
Nada a cambio.

lunes, septiembre 19, 2005

Ella

Daría cualquier cosa a mi alcance (y no es una frase hecha) por verla sonreír de nuevo.
No hay nada más triste que un cascabel cuando deja de sonar.
Es verdad, no quiero verla sufrir. Pero sobre todo, no quiero verla lejos.
Ha sido un año muy intenso, muy compartido, muy de dos.
Y no me imagino otro si no es de esta manera.
Si hoy he bajado a la primera, ha sido por ella. Gracias.

Ojalá todo vuelva a la normalidad. Ojalá pronto la vea sonreír de nuevo.
Ella.

domingo, septiembre 18, 2005

Taxi

Desde que M. me lo contó, no dejo de mirar a los taxis. Bueno, en realidad a los taxistas. Y oye, que no doy con ninguno como él.



Pudo suceder así:
Taxista: ¿A dónde señorita?
M: Al séptimo cielo.
T: ¿Por dónde vamos: por el centro o por la M-30?
M: Hombre, usted sabrá, que es el profesional.
T: Ya, se lo digo por las obras de la M-30. Que igual me paso la salida y acabamos cogiendo la del infierno.
M: Me han dicho que esa salida está cortada. Ya sabe como es el Sr. Gallardón, que cierra todo lo que no le conviene.
T: Entonces, tendrá que fiarse de mí señorita.
M: Además, yo creía que el infierno no existía.
T: En su vida sólo existe el cielo. Y está reflejado en sus ojos.
M: Oiga, pare por favor. Que va usted a conseguir que me sonroje.
T: Luego dicen que los taxistas somos unos groseros.
M: Pues tendremos que ir cambiando de opinión.
T: Estamos llegando señorita... No se creerá usted que me da mucha pena que se baje.
M: Igual le hace un paseo por el sexto cielo... antes de llegar al séptimo.
T: Acepto... Por cierto, ¿en metálico o con tarjeta? Ha tenido usted mucha suerte de coger un taxi de lo mejorcito y lo más moderno que hay por la ciudad.
M: En metálico.
T: Son 9 euros con 50.


Desde que M. me lo contó, no dejo de mirar a los taxistas a ver si me encuentro uno como el suyo. ¿Cuál ha sido tu experiencia más divertida con uno de ellos?

viernes, septiembre 16, 2005

Ahora sí

¿Por qué tengo tantas ganas de vacaciones si estoy recién llegada?
¿Por qué me faltan horas al día?
¿Por qué en ocasiones me parece que no hablo el mismo idioma que los demás?
¿Por qué la gente cambia tanto y tan rápido?
¿Por qué no llega lo que debería haber llegado ya?
¿Por qué hay desaparecidos?
¿Por qué hay tantos por qués?
¿Por qué a la gente se le tuerce la cara tan rápidamente?
¿Por qué ser rubia es un valor añadido?
¿Por qué me gusta tanto escribir?
¿Por qué no bajo a la primera?
¿Por qué te has ido tan lejos?
¿Por qué no nos gustan los taxistas?
¿Por qué me río?
¿Por qué quiero más?
¿Por qué no me sublevo?
¿Por qué no dejo de hacer tantas preguntas?

jueves, septiembre 15, 2005

Hoy preguntas tú

Dando una vuelta por algunos blogs, veo que a muchos de ellos les ha dado por la historia participativa. La verdad es que el mío siempre lo ha sido, desde el primer post. Porque tuve claro desde el principio que tan importantes eran las respuestas como las preguntas; los comentarios y los posts.

Yo soy muy preguntona, está claro. Pero también me gusta ser observadora de las preguntas de los demás, incluso contestarlas.
Por eso (o quizá por la cercanía de la luna llena) hoy me apetece más responder que preguntar.

Puede que esté cansada, puede que esté sufriendo un ataque de vaguería, puede que lleve todo el día escribiendo y no de para más... ¿Alguien quiere hacer una pregunta?

Dímelo tú

Cuando no hay nada importante que decir, ¿hay que callar?

martes, septiembre 13, 2005

Costumbres

Es curioso cómo nos acostumbramos. Sobre todo, rápido.
A lo bueno. A lo malo. A lo regular.
A la vida.
A veces sin saber por qué, las cosas cambian.
A veces muy rápido.
A veces demasiado.
Sin saber por qué.

Ya me he acostumbrado. ¿A qué?

lunes, septiembre 12, 2005

Pronombre personal

Me hace reír y también pensar.
Me pone nerviosa.
Me lee y me corrige.
Me siente cerca.
Me llama mucho cuando estoy lejos.
Me asombra. También podría darme sombra.
Me estimula.
Me ve si tiene un hueco en su agenda.
Me dice que tengo mala cara.
Me cuenta.
Me pregunta pero no me responde.
Me da sorpresas. Me sorprende.
Me tiene en cuenta.
Me inquieta.
Me acerca y me aleja.
Me interesa.
Me hace pensar y también reír.

¿Real o me lo he imaginado?

domingo, septiembre 11, 2005

Trío

Fácil situación la de tres amigas viajando juntas. Más fácil aún cuando ese viaje es por Italia. Rematadámente fácil cuando las tres amigas de viaje por Italia deciden poner cara de tontas.
Todo ventajas, sonrisas, ayudas varias y cosas por el estilo.

El coche que deciden alquilar el primer día de su estancia en la isla más grande del Mediterráneo les sale más barato de la cuenta. Los tres equipajes no caben en el maletero de los coches ofertados de la gama más barata. Así que basta poner cara de tonta(s) para que el del mostrador no tenga más remedio que darles un coche de la gama superior al mismo precio. Objetivo conseguido. Las tres coinciden en que de haber sido chicos, hubieran hecho el viaje en plan gitanos con las maletas a la vista.
El periplo a cuatro ruedas comienza. Apenas mil kilómetros en el recién estrenado automóvil. No pasan demasiadas aventuras cuando empieza a oler a quemado. No es para tanto, pero las tres amigas perciben el inconfundible aroma. Lo dejan pasar. A la siguiente parada deciden por fin abrir el capó.

Aunque está mal hacer publicidad en un blog como este, permitidme una exepción. El modelo en cuestión era el nuevo modelo del Ford Focus (atento, departamento de marketing de la Ford).
Abrir el capó del jodido Focus, un derroche de imaginación.

Primero una, luego otra, más tarde la tercera. Las tres echan la mano a los bajos del volante. Nada. Allí no hay ninguna palanca que abra el capó. Una vuelta al coche, otra, otra... Tocaron todos los botones. Todos. A falta de libro de instrucciones, miraron y remiraron todas las esquinas del interior de un coche que tenía capó y por lo tanto podía ser abierto. ¿Cómo? Esa era la cuestión.
La cara de tonta(s) de las tres amigas de viaje por isla italiana por fin dejó de ser una pose para convertirse en verdadera.

Imposible. Kilómetros más adelante, las tres amigas deciden parar en una sucursal de la oficina que les alquiló el coche. No para que les abrieran la parte delantera del coche sino por el persistente y desagradable olor a quemado. El chico que las atiende, muy solícito él, se dispone a abrir el capó. Dirige su mano izquierda a los bajos del volante. Decepción.

Prometo que lo logró. El nuevo Ford Focus tiene capó y además se puede abrir. ¿Aceptáis mi juego? ¿Alguien sabe decirme cómo se abre el dichoso capó? Prometo dar la solución, muy útil por otra parte...

P.D.- Abstenerse empleados de la citada compañía.

viernes, septiembre 09, 2005

Voyeur

Cuando me lo dijo por primera vez, casi no le hice caso. "De mayor quiero ser voyeur". Pensé que era una frase mal aprendida en un patio de colegio.

Esta noche lo he descubierto.


¿Por qué nos gusta tanto mirar?

miércoles, septiembre 07, 2005

Volver

No estoy triste ni deprimida ni con el síntoma ese post-vacacional del que nunca he sido muy amiga.
Estoy contenta. Feliz sería una idiotez. Volver es una palabra bonita.
Las vacaciones este año, más que una necesidad eran obligación. Y así ha sido.
Siento que he recargado unas pilas que a principios de agosto estaban bajo mínimos. Más que por un año muy intenso a nivel profesional, por diferentes circunstancias que me sucedieron a nivel personal que terminaron de robarme una energía casi inexistente.

Como para muchas otras personas, el año comienza ahora. No soy mucho de marcarme objetivos. Quizá por el miedo al fracaso si éstos no se consiguen. Quizá. Pero este año tengo dos ilusiones por las que voy a luchar. Sí.

En el avión que me traía de vuelta a casa pensaba en todas las cosas que me hacen sonreír. No son pocas. Y tengo la sensación de que empiezo el año sonriendo. Me gusta.

Cuado volver es bonito, el camino se hace más cuesta abajo. Aunque sea Septiembre y Madrid asuste nada más verla.
Feliz año nuevo para todos.

¿Qué es lo que te hace a ti querer volver?