lunes, septiembre 26, 2005

El método (Grönholm)

Siete personajes en una sofisticada habitación en busca de puestazo. Prueba final de exigente selección de personal. Y un método para encontrar al candidato ideal no exento de originalidad.
Primero conocimos "El método Grönholm" como obra teatral de Jordi Galcerán. Ahora (simplemente, "El método") ha sido llevado al cine de la mano de Marcelo Piñeyro, aunque el primero reniega de la adaptación cinematográfica y dice que no tiene nada que ver con su obra.
Recelos entre autores aparte, la película nos adentra en las experiencias de siete ejecutivos que, poco a poco, irán sacando lo peor de sí mismos en unos pocos metros cuadrados con el objetivo de ese puesto ideal que parece ser la salvación para cualquiera de ellos.
Feroz competencia empresarial como telón de fondo para acabar hurgando en las bajezas morales de unos y otros. A la luz pública, lo que unos son capaces de hacer para conseguir el ansiado premio. Con matices: destellos de humanidad (casi siempre en forma de mujer, lo siento chicos) en medio de una auténtica jungla profesional.
"El método" hace pensar. Y a mí, como si se tratara de un juego, me encantaría participar en una prueba de esas tan raras...

Una pregunta que se les hace a todos ellos es: ¿Qué facultad incorporarías al grupo si, tras estallar una guerra nuclear, os quedárais atrapados en un refugio durante veinte años? Surrealista pero ocurrente. ¿Alguien quiere contestar?

9 comentarios:

diego dijo...

Y digo yo... Después de estallar una guerra nuclear, ¿quién querría quedarse atrapado en un refugio durante veinte años?
Yo, no.

Lunarroja dijo...

Con esa respuesta, igual te ganabas el puesto...

Isthar dijo...

Sin duda muy buena contestación Diego, pero quizá te rechazaran por pesimista.

Aún no la he visto, ya son tres quienes me habeis hablado de ella. Voy a tener que ir pensando en dejar de tener películas en la lista de cosas pendientes... ;)

Luis Caboblanco dijo...

Supongo que después de una guerra nuclear, el castigo es sobrevivir...

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Y ¿a cuánto asciende el sueldo del "puestazo" ese?
Dependiendo de eso, la respuesta será una u otra...

Anónimo dijo...

¿Veinte años en un refugio nuclear y con la que ha caido fuera? ummm, no sé, dificil pregunta. Así, a lo rápido, a parte de muchísima paciencia y optimismo, comer poco y no ser un plasta.
Besos

MAGU dijo...

Alguna vez que -a traición- en una entrevista me he encontrado con una prueba de grupo antes de iniciarla me he despedido amablemente ... "Sres yo no compito más que ahí fuera" ... En una de esas ocasiones me llamaron posteriormente para mantener una entrevista individual y hacerme una oferta "Nos interesa su perfil" ... yo contesté "A mi no me interesa el suyo" ... y tan contengo ...
Nunca compartiría 20 años de refugio con alguien como yo :P

Pipero dijo...

Aunque no he visto ni la obra de teatro ni la película, creo que en la obra original (la de teatro) no aparece ninguna mujer (al menos no aparecía entre los protagonistas) por lo que que aparezca una en el cine o es para lucimiento de la susodicha o es para dar, justamente, ese toque de humanidad del que hablas. Si es así, y la única mujer protagonista encarna a la "humanidad", no lo acabo de entender pues te aseguro que las "ejecutivas agresivas", esto es, poco humanas, son, cuanto menos tan agresivas como sus homólogos masculinos. Para trabajar en este tipo de trabajos no se requiere precisamente perfiles "humanos".

Volviendo a la pregunta, los protagonistas se quedarían encerrados, no sé si 20 años pero sí bastante tiempo, a menos que quisieran exponerse a todo tipo de radiaciones directas, materiales contaminados, invierno nuclear, etc...

Y en cuanto a la pregunta... facultad???, te refieres a "poder"? (supongo que no te refieres a montar una universidad subterránea en "petit comité"). Pues bien, dado el perfil que imagino en el grupo, con tipos individualistas, agresivos, con poco espíritu de grupo... supongo que las perspectivas de estar 20 ó n años con ellos podrían ser peliagudas.

Lunarroja dijo...

El toque de humanidad, en la peli, lo encarna una mujer que no es precisamente la ejecutiva agresiva. Me refiero a la que es expulsada en segundo lugar; a la que se juzga por ser mayor de 40 y no se respeta cuando ella aporta su condición de cocinera en esa hipotética situación límite.

Y sí, tienes razón. Hay muchas mujeres (y no sólo ejecutivas; ojalá se quedara en ese gremio) que no tienen un ápice de humanidad.