Como escritora, me gustan los finales que no son del todo felices.
Como vividora, prefiero las perdices de los finales felices.
Como superviviente, me basta con llegar al final.
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¿De verdad... o de mentira?
11 comentarios:
Y ahora, ¿cómo te sientes?... escoge una opción...
Yo hoy, no mal, mañana ya veremos.
Es que esas tres facetas forman parte de mí, PIPERO. Y soy, a tiempo completo, escritora, vividora y superviviente.
DESEARIA QUE COMIERAS PERDICES PERO NO ME GUSTARIA QUE ME DIERAS CON LAS PATAS EN LAS NARICES,..........ESO SI QUE FUERAS MUY FELIZZZZZZZ-ES
ANONIMO.
OJALA EL FINAL DEL CUENTO SE HAGA REALIDAD.
A mí es que no me gustan mucho los finales...
(Pero mejor llegar que no llegar, en eso de acuerdo).
Besos vividores.
No está nada mal como norma de actuación y como modo de ser.
Como escritores y vividores cada uno tiene sus propios gustos.
Pero no me parece que haya otro modo de ser buen superviviente que llegar al final.
Claro que mejor bien que mal o que a medias.
Besos.
Dejar las cosas a medias deja muy mal sabor de boca.
Hasta el final sea como sea.
Es que llegar al final es mucho. Pero que mucho, mucho.
Un beso
También me gusta llegar, por el camino disfrutar y cuando llegue el final... ya se verá...
Besos
Desgraciadamente, los finales plenos, rotundos, completos... pocas veces se dan.
Supervivientes somos casi todos. Finales no felices, un alto porcentaje. Perdices, las menos. Si todo el mundo fuera feliz y comiera perdiz, la declararían en peligro de extinción ...
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