lunes, diciembre 18, 2006

Reflexión

Apuro mis últimos días con 34.
Agoto las ilusiones antes de que llegue el momento.
Corro para conseguir los pocos objetivos que me marqué hace ahora un año.
Escucho mucho. Hablo menos.
Miro a mi alrededor como lo hacen los niños. Alucinados.
Y espero.

Saco a pasear mis esperanzas. Sólo de vez en cuando.
Las abrigo para que no se constipen.
Porque me da miedo que luego nadie pregunte por ellas.
¿Tan difícil es decir qué tal estás?
Observo. Y espero.
Aunque cada vez espero menos.

Colecciono momentos inolvidables.
Me visto de Caperucita para atraer al lobo.
Siempre me han gustado los feroces.
Y me apellido la valiente, sólo porque me gusta.
Porque un día sin venir a cuento, durante este año que ahora acaba, llegando a una fiesta casi de extrangis, alguien que sabía quien era pero que nunca había cruzado ni media palabra conmigo, me saludó con ese preciso "Tú eres R. la valiente", al que acudo con frecuencia cuando esa valentía me ha dejado plantada de mala manera (sí, me gustan las frases largas).

Los años pasan.
Algunas cosas cambian.
Las personas, nunca.
En todo caso, para mal.

Eso dicen.
No termino de creérmelo.
Mientras tanto, yo espero.
Aunque cada vez menos.
Creo que eso ya lo he dicho.

10 comentarios:

pazzos dijo...

¿Qéu tlal stas?
Pues sí que es difícil.

Sangre dijo...

...Te enseñaré los dientes si es ferocidad lo que deseas...si cuelgas en el cielo de mi Mar unas cuantas de tus esperanzas...pero que mezclen aquellas viejas que te llenaban con las ilusiones primeras, y estas maduras, de tus casi 35...quiero que una legión de preguntas sin palabras adquieran el significado concreto de cada pregunta que deseaste escuchar ilusionada y las contestes con las palabras antiguas que siempre guardaste para contestarlas...me quedaré esperando, con el gesto paciente del que contempla la luna roja...besando al Mar...un abrazo. Carlos

ybris dijo...

Cribo tus desilusiones y me quedo:
con lo bien que escuchas,
con el acendrado borde de tus más íntimas esperanzas,
con tu valentía (fiel pero a veces débil) ante la ansiada ferocidad...

Visto desde aquí los años que pasaron alisaron los cambios siempre alternativos entre mejor y peor.
Aunque cada vez creas esperar menos verás que esperas con más intesidad.

Disfruta el resto de tus 34.

Un besazo.

Anónimo dijo...

Venga Luna que son 34-35 nada de nada...lo importante eres tú y todos los que te quieren que serán bastantes aparte de nosotros...animo y lastima no poder cogerte las orejas...un beso.

Anónimo dijo...

FELICIDADES!!!!!!!

Deja de pensar en aquellas metas que no has conseguido y piensa aquellas otras que si has logrado.

Y... disfruta de cada momento.

PRIMAVERITIS dijo...

Uy!! cumpleaños y fin de año casi a la vez!! que sobredosis de revisión de conciencia y buenos propósitos!

Anónimo dijo...

Esperar y no esperar es lo mismo, lo que tenga que ocurrir ocurrirá.

¿Las personas cambian? Es una de mis grandes dudas....

Tú, haz el favor de cambiar solo para mejorar. Difícil...

Anónimo dijo...

Paerece que a tí también te afecta la Navidad, te da un poco mal "rollo", no?...lo bueno de cumplir años es que le vas cogiendo el "tranquillo" a eso de los "ciclos"...todo viene, y luego se va...para bien y para mal...

Anónimo dijo...

No te sientes a esperar, haz uso de tu valentía y cómete con ferocidad los días que quedan para agotar tus 34.

Anónimo dijo...

Yo creo que las personas que están en proceso de serlo crecen. Eso sí, implica trabajarse continuamente. Lastimosamente, no todos lo hacen.