lunes, agosto 28, 2006

Viajera lágrima

El otro día soñé que era lágrima.
Salía de tus ojos, paseaba por tu rostro, moría en tu boca.

Me gustó navegar por la geografía de tu cara.
Llegar hasta esos rincones que conozco tan bien,
mojar tus pestañas, tus mejillas.
Sentir la humedad de tu lengua,
que me atrapaba para no dejarme escapar.

Pero sin que te dieras cuenta seguí mi camino...
Recorrí tu cuello como quien flota en un plácido mar.
Me encontré en tu pecho convirtiendo tus venas en barrotes que me encarcelaran para no escapar jamás.
Me resbalé por tus muñecas, dibujándote nuevas líneas que no pudieras borrar.
Salté a los muslos, abriéndome el camino que de sobra conocía pero que no dejaba de impacientarme.
Surqué las rodillas, viajé hasta tus tobillos, y casi al final de tu cuerpo me di cuenta que era imposible volver atrás.

Que llegar hasta ahí había sido un viaje largo pero maravilloso; pero que una lágrima, al fin y al cabo, es algo efímero, etéreo, insignificante, caduco.
Pero verdadero.

8 comentarios:

Chus dijo...

Cierto que son efímeras, pero a la vez pueden ser tan durareras, que te empañan los ojos a cada mirar y por suerte, dejar de mirar es algo prácticamente imposible :-)
Besos

Aldebarán dijo...

Que triste que los mach-o-menos no puedan llorar. Yo no lo soy tanto, pero siempre me quedo sólo con el nudo en la garganta.


Un bonito texto.

Perovsquita dijo...

No dejes que asomen lágrimas a tus ojos, a no ser que éstas tengan un dulce sabor.

KAMELAS dijo...

Con la de pelos que tengo por todo el cuerpo me parece alucinante que lograras llegar tan lejos !!!

Buscador Incansable de Tiempo dijo...

Una lágrima...

Quizas siempre somos lagrimas con un final identico aunque no lo sepamos hasta que se llega a los tobillos...

precioso...

el mono azul dijo...

Y que todas las lágrimas sean así, viajeras, que se escapen de la mejilla a recorrer un cuerpo o el mundo. Quizás cuando quieran retornar al lugar de origen se hayan evaporado, efímeras, etéreas, insignificantes, caducas...

Anónimo dijo...

Largo recorrido para una sola lágrima. Si hay que llorar, han de ser miles. Por eso yo no lloro nunca (casi), me da pereza el esfuerzo que supone, y nunca me libera... me da dolor de cabeza ;-)

ybris dijo...

Bellamente escrito tu maravilloso recorrido de lágrima por el cuerpo conocido.
Lástima que al caer al suelo nadie la levantara para tratar de convertirla en una sonrisa.
Porque también las sonrisas son verdaderas.

Besos.