lunes, abril 09, 2007

Una de cal... y otra de arena

A veces pienso que las penas se quedan bajo la piel. Debajo de esa capa tan fina y transparente que nos recubre por completo.
Que se escondieron hace mucho tiempo en ese lugar y que ahí se quedaron. Esperando.
Que cuando menos te lo esperas, ahí están. Porque en realidad nunca se fueron.
Y la piel es más transparente y más fina de lo que te esperabas. Se rompe con más facilidad de la que creíamos. Y te las vuelves a encontrar. A las penas.


A menudo pienso que las felicidades se agarran algo más dentro. Que cuando son de verdad, se quedan para siempre. Al menos, su rastro permanece.
Que no es difícil encontrarlas, aunque quizá no sea tan evidente como rascar debajo de la piel.
Tal vez vivan alojadas cerca del corazón, que es con el órgano con el que me gusta enfrentarme a la vida. Con el bombeo de la sangre corren el peligro de romperse, eso sí. Por lo que es mejor tenerlas bien agarradas. Creer en ellas.


Llevo días en los que no sé si es mejor apretarme el pecho o rascarme hasta romperme la piel. Si saco unas u otras a airear. Si prefiero lucirme ante unas o renunciar a las otras.
A veces creo que no son tan diferentes.
Como les pasa a las viejas conocidas, que aunque distintas, son complementarias.
Necesarias las unas a las otras.

8 comentarios:

JuanMa dijo...

Las dos forman parte de lo que es sentirse vivo.
Como dices, las dos son necesarias.
Es cuestión de cada uno saber tomar fuerzas de las unas y no dejar que las otras nos devoren.
Un beso.

ybris dijo...

Alguna vez escribí que la pena es el lado inacabado de la dicha.
Lo sigo manteniendo.
Por eso creo que tienes razón en creerlas complementarias.
Aunque la profundidad que alcanzan dentro de nosotros sea diferente.

Muchos besos.

Anónimo dijo...

La vida es el cúmulo de penas y felicidades... Es decir, que somos lo que somos gracias a las penas que hemos padecido y atendiendo a las felicidades que disfrutamos...

Creo que debes afrontar la vida con las felicidades a flor de piel... Es decir, dejando claro que somas tus felicidades que tus penas...

Fernando dijo...

Querida Luna, simplemente vivir esta lleno de pequeños raticos buenos...luciérnagas que acarician tus manos..el resto es la oscuridad, el valor de la luz es conocer la penumbra...besos.

El búho rojo dijo...

Es como una botella de leche.

Sin el envoltorio, no puedes tener el contenido...

Sin el contenido, de nada sirve el envoltorio

Pero no te equivoques a la hora de beber...

Anónimo dijo...

Es un dilema muy difícil, no sabría decirte y menos en la situación que me encuentro actualmente.

Chus dijo...

Las dos se complementan y se intensifican ante pequeñas dosis de la contraria.

Anónimo dijo...

Las penas y las felicidades se van turnando en las capas de la piel, en unos momento tenemos a flor de piel penas y en otros felicidades.