Anoche me pareció que estaba demasiado cerca de un incendio.
Luego comprendí que el fuego estaba en tu espalda,
bajando por tus brazos hasta llegar a mi cintura,
rodeando mi pecho hasta quemarme el corazón.
...
...
Anoche me di cuenta que el fuego de tu piel
estaba en la mía.
Y que el incendio de mis ojos, ojos de fuego,
eran sólo reflejo de tu aliento.
...
...
Anoche entendí que te hago un hueco
entre mis silencios,
y que me dejas permanecer, serena,
entre tus besos.
...
...
Anoche me transformé en dos cuerpos
para acabar siendo uno,
y poder respirarte,
sin miedo a intoxicarme.
...
...
Y aunque me da pánico el fuego
anoche no quise apagar aquel incendio.
12 comentarios:
Hay incendios que nunca deben apagarse.
En el fondo estamos deseando arder en ciertos fuegos.
Ojalá no nos falten nunca.
Un montón de besos
Celebrar la navidad con fuego, que envidia. Ya no se si sana o no. Felicidades por los 36. Besos
vaya... Adorable calor en diciembre... Una pasión infernal...
Genial.
eso es pasar bien la Navidad, y no lo del gordo de rojo. Las chimeneas hay que llevarlas dentro.
¿un regalo de Navidad???
Sí... a veces lo pones difícil...
Un beso...
Que no Búho... si todo está bien claro... A ver si vas a ser como un amigo mío que dice que no entiende lo que escribo.
Yo creo que sólo es cuestión querer entender... ¿no?
uauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
Que bonito...
Te quedó divino lo que escribiste,casi que me lo pude imaginar.
36 besos!
Incendio...! Acabo de pasarme por donde Juanma...Hablando de llamas:)...
Calentito.Precioso.Incendiario. Pasional.Inextinguible.
Muchos besos, ardiente verdadosa
¡¡quien fuera bombero, LunaRoja!!
Wow!
También hay fuego en lo que has escrito...
Besos ardientes.
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