Hace unos días, inmersa en ese máster vital de que ya os hablé en otra ocasión, tocó repaso de la lección que trata sobre lo poco acertado que es volver al pasado.
El pasado es algo que está ahí, que no hay que tener miedo ni evitar; pero que en la mayoría de los casos no es necesario ensalzar porque no merece la pena.
Al pasado hay que asomarse en todo caso con alegría ("no te entristezcas porque se ha terminado. Sonríe porque sucedió"), y yo diría que casi con descaro. No juzgar ni juzgarnos por lo que pasó o dejó de pasar porque ya... no sirve de nada.
Las puertas que se cerraron, mejor dejarlas tal cual. Y los que decidieron transformarse en sombras, que de esa forma se mantengan.
Como dice el refrán, para atrás ni para coger impulso.
Sólo hay un pero: ¿me lo creo? ¿te lo crees?
12 comentarios:
Yo quiero creérmelo, peroesquenohaymanera.
pero qué razón tienes, coco
Estamos hechos de pequeños pasados, tristes y alegres.
¿Cómo serán nuestros futuros tristes?
¿Y nuestros futuros alegres?
Al menos tenemos un futuro que nos ilusiona.
No-me-creo-na-da.
Besos
Al pasado no se debe volver.
Aunque nos cueste un esfuerzo, es un buen ejercicio
Pues sí, creo que quien te lo dijo tiene toda la razón. Al pasado sólo hay que volver para aprender de los errores e intentar no recaer. Nunca para que vuelvan las sombras.
Quizás mirar atrás para recordar lo bueno y también las enseñanzas que nos dejó lo malo. A ver si así somos capaces de no caer en lo mismo.
Saludos
Yo me creo todo ... es que soy un pardillo ...
Yo sí me lo creo... porque no hay más remedio y porque es una soberana verdad.
Un abrazo
Las teorías siempre se me dieron bien, pero... ¿qué hacemos con la práctica?
Tambien dicen: no te arrepientas de lo que haces sino de lo que no haces !!! y esto no se porque lo digo, ah, si, por el pasado !!!
No hago más que hacer caso a tu frase, usuario anónimo.
De todas formas, arrepentirse es de muy mal gusto... Lo mejor es no tener que utilizar nunca ese verbo, no darle facilidades.
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