martes, febrero 21, 2006

Diferentes

Ha sido una de las conversaciones estrellas del fin de semana. Las diferencias.

Todo surgió a raíz de la relación que ha iniciado una de mis amigas con una persona a la que ella califica de radicalmente distinta.
Nos contaba que nadie, a priori, podría relacionarla con un chico tan diferente a ella. Que nadie podría imaginarlo. A partir de ahí, comenzamos caminos tortuosos para averiguar qué es ser diferentes.

Al final la cosa se fue simplificando con ejemplos como éstos: "Pero si somos de ideologías políticas muy diferentes", "Yo soy una atea redomada y él cree en un Dios al que yo ni tan siquiera conozco", "A él le gusta dormir con las persianas cerradas, a mí con la luz entrando al amanecer", "Él prefiere el invierno, yo el verano", "A él le gusta el campo, yo soy urbanita".... Blablablablablabla

Nos pusimos serios. Cada cual fue dando su opinión, basada en su experiencia.
Yo, que siempre he estado con personas muy distintas a mí, no era quién para decirle qué es mejor o qué es peor. Y si es más fácil estar con gente afín a uno mismo es algo que sólo puedo imaginar.

Pero me hizo pensar. Sobre todo en cuestiones tan personales como la política o la religión.

Por eso pregunto, ¿conoces a parejas que mantengan ideologías o creencias opuestas?

11 comentarios:

mixtu dijo...

claro que sim, mais os opostos de atraiem,
beijos de lisboa

Pipero dijo...

Que duren, no.

Golfo dijo...

las creencias no importan demasiado, son cosas entre uno y el más allá... no vamos a meter encima a la pareja.

Ideologías, si de verdad no es solo ideologías, si es algo más que un blablabla semiheredado de lo que hablan en sus casas, es el modo en que uno mira al mundo... si de verdad son opuestas al final igual son cosas que chocan.
Eso para quien se tome en serio sus ideologías (yo soy pasional, suelo implicarme en mis ideas y a veces salgo mal parado... puedo aguantar a un amigo, pero convivir a nivel de pareja con alguien que piensa en algo que yo no puedo apoyar es otro cantar)...

La cuestión no es ser distintos o parecidos... es la posibilidad de complementarse mutuamente (campo ciudad) o, al contrario, no tener absolutamente nada que ofrecerse.

Anónimo dijo...

Las creencias radicales son las que entorpecen las relaciones, sin diferencias de sexo.

Anónimo dijo...

Si, he conocido a alguna pareja de ideas religiosas y políticas opuestas y terminaron en divorcio... Mientras no hubo niños, la cosa no pasaba de una simple controversia, pero al tener niños empieza el problema de la educación de éstos... y eso ya es otro cantar.

BesoS

el mono azul dijo...

tolerancia!!!!
no exigencias, no espectativas, no condiciones.
Lo dificil no es preguntarse si ideologicamente no compartimos lo mismo. ¿Somos capaces de ESCUCHAR al otro?

Si, conozco.
Realidad: no muchos
¿Porqué?

III Naranjas Verdes dijo...

Pues sinceramente, no lo sé. No tengo ni idea...
Por una parte, dicen que los polos opuestos se atraen,¿no?

De todos modos, pienso, que mientras exista el respeto...las diferencias no tienen xq ser impedimiento, ¿no?

Ay, no lo sé..

Besis!

Anónimo dijo...

Conozco varios, empezando por mi matrimonio, y pienso que desde el respeto es genial tener ideas opuestas.

Verso dijo...

Con cariño, respeto y tolerancia, no tiene porque haber problemas.
"Hay un refrán por ahí que dice..."Dos que duermen en el mismo colchón , son de la misma opinión". Doy fé de que no es verdad, para nada ;-)
Un beso.

RosaAmarilla dijo...

Polos opuestos se atraen, y a mi me ha pasado un par de veces, es mas, creo que si yo estuviera con alguna persona totalmente afin a mi, de mismas ideas acabaría aburriéndome en la monotonía.
Besotes.

Iván dijo...

No conozco a nadie tan diferente, pero tampoco creo que sea difícil compaginarlo. Supongo que depende de la importancia que se le quiera dar. A mi me puede gustar mucho ir a misa, y si a ella no, pues voy solo, punto. Si un día me resulta insoportable ir solo a misa tendría que cuestionarme mi relación, pero mientras tanto...

Creo que la solución es que hay que ser tolerantes con los gustos de nuestra pareja, y aceptarlos y si es posible adaptarnos e incluso incorporarlos (lo mismo los de ella con los míos). El problema surge cuando ambos se cierran en banda para no hacer algo que le guste al otro...mal rollo entonces.